jueves, 15 de enero de 2009

Ion Moţa y Vasile Marin: caidos en España por la "gracia" de Dios

En Majadahonda hay un extraño y feo monumento, en un lugar casi desierto, levantado en honor de dos rumanos, Ion Moţa y Vasile Marin, dos de los 8 miembros de la Guardia de Hierro que viajaron a España a apoyar el alzamiento ilegal de parte del ejercito contra el gobierno democratico republicano. De vez en cuando se hace alli un homenaje de los nostalgicos que siguen cerrando los ojos hacia una de las peores dictaduras que ha vivido Europa hasta hoy. En la cruz que hay a sus pies, en el lugar donde cayeron en batalla, hay una inscripcion:

"He amado a Cristo y he marchado feliz a la muerte por Él", de Ion Moţa; y, "lo he hecho con el mismo amor que lo hubiera hecho por mi patria", de Vasile Marin.

¿Que pintaban 8 rumanos en la Peninsula Iberica en medio de una guerra ideologica entre fascismo y nazismo y el gobierno democratico de Espana?


Los 8 rumanos pertenecian a la organizacion conocida como Guardia de Hierro, que habia sido creada en 1927 como Legion de San Miguel Arcangel por Corneliu Zelea Codreanu. Codreanu definia a su movimiento como revolucionario cristiano y nacionalista mistico, fervientemente antisemita y destinado a defender la infante Rumania de hungaros, judios , masones y bolcheviques. Su objetivo era preservar la fe Cristiana de los descendientes originales de los geto-dacos (que no eran ni cristianos ni hablaban rumano) en el territorio de lo que entonces era Rumania, recientemente convertida, tras la primera guerra mundial, en lo que se denomina la Romania Mare (que incluia la Tara Romaneasca, Moldavia y Basarabia, Transilvania, Dobrogea y el cuadrilatero bulgaro).

En definitiva, un movimiento ultranacionalista, xenofobo y de extrema derecha reaccionaria, partidaria de los metodos violentos para llegar a sus objetivos. De hecho, como dice el historiador Neagu Djuvara, en su Corta historia de los rumanos contada a los jovenes, la Guardia de Hierro introdujo en la Rumania moderna el asesinato como arma politica (asesino, entre otros, a dos primeros ministros, Ion Duca y a Armand Calinescu). El movimiento tenia un gran componente mistico y visionario, considerando a Rumania como un pueblo preexistente a si mismo, como una meta historica, y su intolerancia excluia de esa gracia, la de ser rumano, a toda persona de otra etnia o religion, y por supuesto, a todo aquel que no compartiera su ideologia totalitaria. En contra de otros movimientos fascistas de la epoca destaca su caracter ultrareligioso, que comparte en este caso con el fascismo español y el franquismo, y su medievalismo, que mitificaba la sociedad tradicional y campesina al contrario de los otros fascismos europeos, partidarios de la industrializacion y la sociedad obrera.

La Guardia de Hierro tuvo una creciente influencia en la politica rumana de entreguerras, aunque nunca llego realmente al poder hasta la abdicacion del rey Carol II. El 14 de septiembre de 1940 logro, aunque con una relacion tensionada, apoyando al General Antonescu en su dictadura participar en su gobierno, siendo Horia Sima, el lider tras la muerte de Codreanu, vicepresidente. En este periodo, la Legión empeoró la legislación antisemita y empezó una campaña de pogroms y asesinados políticos, así como de chantaje y extorsión de los sectores comerciales y financieros judíos. Más de 60 antiguos funcionarios y oficiales fueron ejecutados en la cárcel de Jilava - la misma donde fue encarcelado Codreanu - mientras estaban esperando su juicio; a su vez el historiador y antiguo primer ministro Nicolae Iorga, y el economista Virgil Madgearu, antiguo ministro, fueron tambien asesinados.

La Guardia de Hierro ganó notoriedad por su participación en el Holocausto nazi. En su libro La destrucción de los judíos europeos, Raul Hilberg escribió : "There were... instances when the Germans actually had to step in to restrain and slow down the pace of the Romanian measures." ("En algunas ocasiones los alemanes tuvieron que intervenir para suavizar las medidas rumanas"). Hasta que el 24 de enero de 1941 Antonescu logro, con la aquiescencia de Hitler, eliminar a los legionarios del gobierno, en una pequeña guerra civil de tres dias en la cual los legionarios hicieron de las suyas: por ejemplo, un pogrom en Bucarest, que incluyo el asesinato de docenas de judíos en un matadero.
En este contexto rumano se entiende que, cuando llega el 18 de Julio y el inicio de la Guerra Civil en España, Codreanu y sus colegas vean en ella una muestra de la lucha contra el ateismo y el comunismo internacional. Unos visionarios arrastrados por el carisma de Codreanu y movilizados por el nacionalismo religioso exhacerbado, imaginan que España es un frente de combate entre divinidad y demonio, y alguno de ellos (no su lider) estan dispuestos a aportar su granito de arena a esa lucha cosmica.

La Guerra Civil española tuvo algunas caracteristicas a destacar. Por un lado, el apoyo de Hitler y Mussolini a los golpistas, y el programa de exterminio ideologico que tenian los rebeldes desde inicios de la campaña, que tras la victoria se convirtio en un genocidio con, aun hoy dia, innumerables desaparecidos, niños secuestrados y miles de exiliados (suponemos que este era el tipo de exterminio que Codreanu ideo para aplicar en la incipiente Rumania contra hungaros, gitanos, comunistas, judios y todo lo que no encajara con su vision cerril de que es ser rumano).
Por otro lado, tuvo lugar un hecho insolito hasta entonces, que fue la llegada de miles de voluntarios internacionales para apoyar la lucha contra el nazismo aleman y el fascismo italiano y español. La Brigadas Internacionales supusieron un ejemplo de internacionalismo y solidaridad en un mundo que derivaba peligrosamente hacia el ultranacionalismo y el racismo. La presencia de los 8 rumanos apoyando a Franco fue uno de los escasos apoyos voluntarios al ejercito filonazi, ademas de algunos voluntarios catolicos irlandeses.

El episodio de la defensa del Alcazar de Toledo, por Moscardo, en el cual el general golpista se atrinchero hasta que el ejercito musulman (nada de cristiano) de Franco llego a salvarle, emociono a los sensibles legionarios rumanos y se decidio hacer algo, en principio un gesto simbolico, para apoyar la causa fascista y a Hitler. Asi que al general de 70 años, al aristocrata Gheorghe Cantacuzino, entonces segundo jefe del movimiento, se le ocurrio ofrecer al general Moscardo su propia espada, que le entrego el rey Ferdinand I de Rumania por su valor en la Primera Guerra Mundial.


El general retirado partio el 22 de Noviembre de 1936 hacia España, con 7 miembros mas (ver foto). La delegacion rumana la formaban 8 miembros de la Guardia de Hierro, uno de ellos sarcedote ortodoxo (de ese tipo de sacerdotes de todas las religiones que bendicen las guerras y los asesinatos politicos por interes de su empresa-iglesia). Llegaron a Toledo, fundieron la Espada de Cantacuzino e hicieron una replica de la regalada por Felipe III. Alli el 7 de diciembre se la entregaron en una marcial ceremonia al general Moscardo.

Los 8 aventureros son: el general Cantacuzino, de 70 años, lider de la expedicion, el abogado Ion Moţa, de 35 años ; el sacerdote Ion Dumitrescu-Borşa, de 38 años; el principe Alexandru Cantacuzino, de 34 años ; el ingeniero Gheorghe Clime, de 47 años ; el abogado Nicolae Totu, de 32 años ; el economista Bănică Dobre, de 28 años y el abogado Vasile Marin, de 33 años. Aunque la autopropaganda legionaria incide en la afinidad del campesinado rumano al movimiento y el origen campesino de muchos de sus lideres, como se ve todos los miembros del viaje tienen profesiones liberales y ninguno tiene un trabajo manual. Por otro lado, aunque parece que Codreanu y, por ejemplo, Moţa, tienen origenes en familias campesinas, supongo que se trataria de una familia de la minoria del campesinado enriquecido que no pasaba necesidades, como la gran mayoria de la poblacion rumana rural y urbana de entonces.
Ante la sorpresa del anciano general y su monoculo, a Ion Moţa se le ocurre proponer quedarse en España y alistarse en la Legion. Moţa convence a Codreanu, el lider del movimiento (amigo y cuñado), argumentando en sus cartas que los franquistas se enfrentaban ¨ contra la Bestia Negra del Apocalipsis" y que "el destino de los nacionalistas cristianos rumanos estaba intimamente relacionado a la victoria de los nacionales españoles en la Peninsula Iberica¨. Asi que los 8 rumanos, sin tener idea de español, sin estar pertrechados convenientemente, se alistan a la legion fascista española, y se disponen a luchar contra el gobierno democratico y a apoyar el exterminio dirigido por Franco (al servicio de los privilegiados).

Tras menos de un mes de entrenamiento, los rumanos fueron trasladados con su unidad a las cercanias de Madrid, a una poblacion llamada Majadahonda, donde se esperaba una ofensiva republicana para evitar el corte de la carretera y romper el cerco franquista a Madrid. La batalla de la carretera de la Coruña habia sido iniciada por Franco para completar el cerco a Madrid, con la finalidad de acabar cuanto antes con la guerra, que los fascistas creyeron en principio un paseo militar. Sin embargo se encontraron con el Madrid del "No pasaran" donde la ciudadania se lanzo a la calle para defender al gobierno legal.

El corte de la Carretera de La Coruña era un objetivo esencial para los franquistas, por lo que, a principios de enero de 1937, volverían a intentarlo por tercera vez, posiblemente pensando en el clásico dicho: “a la tercera va la vencida”. Para ello concentrarían la fuerza más grande empleada hasta entonces en la guerra civil: la División Reforzada de Madrid, unos 25.000 hombres, apoyados por una importante masa artillera y aviación al mando del general Orgaz, a la que se sumaban los efectivos de la Legión Cóndor alemana. El 3 de enero los franquistas rompen el frente, conquistan Villafranca del Castillo, Majadahonda, Las Rozas, el Plantío y avanzan sobre Madrid por la Carretera de La Coruña para enlazar con las tropas que atacan Pozuelo y Aravaca, que serán ocupados los días 7 y 8 de enero respectivamente.

El día 9, con la conquista de la Cuesta de las Perdices y el Cerro del Águila, es decir, con el corte efectivo de la carretera, la ofensiva franquista se detiene. Los contraataques republicanos de los días siguientes, a pesar de algunos éxitos puntuales, no lograran expulsar al enemigo de sus posiciones conquistadas y finalmente, el 16 de enero de 1937, la Batalla de la Carretera de La Coruña llega a su fin. En estos contrataques republicanos es durante los cuales mueren Ion Motza y Vasile Marin, tres dias antes de acabar la batalla.

Hay que recordar que aquellos rumanos no eran tan jovenes, ni estaban acostumbrados a la vida de las trincheras; todo lo contrario, sus ocupaciones en Rumania eran bastante sedentarias, por lo que se les hizo muy dura una unidad de combate en primera linea como la Legion. El 13 de Enero, se les ordeno que se atrincherase y construyeran un parapeto, para detener el contraataque republicano. En el transcurso de este ataque, Motza y Marin, que estaban uno junto al otro, resultaron muertos. Moţa llevaba debajo de la guerrera una bandera rumana, con la que cubrieron los cadaveres.

Los cuerpos fueron embalsamados en Toledo y se les hizo un gran Funeral. El General Cantacuzino viajo a Toledo para recoger los feretros. Tambien pidio un favor especial a Franco: que dejara volver a los rumanos restantes a su pais, a lo que este accedio, y junto con los restos volvieron todos a Rumania. El funeral por Moţa y Marin en Bucarest conto con toda la iconografia del movimiento legionario rumano: capas, cruces, miles de Camisas Verdes desfilando, etc, etc. Fue la gran primera exhibicion publica de masas de la Guardia de Hierro, hasta 1935 prohibida. Una exhibicion de fuerza y un pulso al gobierno del rey Carol II, que no tenia mucha simpatia por ellos.

La participacion de los Legionarios Rumanos en la Guerra Civil es como se puede apreciar insignificante, durando menos de un mes, y nada represento en el esfuerzo de guerra de los fascistas. Es anecdotica, pero a la vez curiosa. Con la nueva ley de la memoria historica aprobada en la pasada legislatura es probable que el monumento a los que apoyaron el golpismo fascista sea destruido en breve. Aunque en España aun no se ha hecho justicia contra los exterminadores y genocidas y los que los apoyaron, pasito a pasito algun dia se eliminara toda referencia a los franquistas del territorio, que ya va siendo hora.


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În Majadahonda există un straniu şi urât monument, într-un loc aproape pustiu, ridicat în onoarea a doi români, Ion Moţa şi Vasile Marin, doi dintre cei 8 membrii al Gărzii de Fier care au călătorit în Spania pentru a sprijini ridicarea ilegală a armatei împotriva guvernului democratic republican. Din când în când, se aduce aici un omagiu de către nostalgicii care continuă să închidă ochii faţă de una dintre cele mai dure dictaturi pe care le-a trăit Spania până în prezent. Pe crucea de la baza monumentului, în locul unde au căzut în luptă, există o inscripţie:

„L-am iubit pe Hristos şi am mers fericit la moarte pentru el”, de Ion Moţa, şi „am făcut-o cu aceeaşi dragoste cu care aş fi făcut-o pentru patria mea”, de Vasile Marin.

Ce căutau 8 români în Peninsula Iberică în mijlocul unui război ideologic între fascism şi nazism şi guvernul democratic al Spaniei?
Cei 8 români aparţineau organizaţiei cunoscute ca Garda de Fier, care a fost creată în 1927 ca Legiunea Arhanghelului Mihail de către Corneliu Zelea Codreanu. Codreanu definea mişcarea sa ca revoluţionar creştină şi naţionalist mistică, fervent antisemită şi dedicată apărării purei Românii de unguri, masoni şi bolşevici. Obiectivul său era acela de a păstra credinţa creştină a descendenţilor geto-dacilor (care nu erau nici creştini şi nici nu vorbeau româneşte) pe teritoriul care atunci era România, recent convertit, după Primul Război Mondial, în ceea ce se numea România Mare (includea Ţara Românească, Moldova şi Basarabia, Dobrogea şi cadrilaterul bulgăresc).

În definitiv, o mişcare ultranaţionaliştă, xenofobă şi de extremă dreapta reacţionară, partizană a unor metode violente pentru a-şi îndeplini obiectivele. De fapt, cum spune istoricul Neagu Djuvara, în "Scurtă istorie a românilor povestită celor tineri", Garda de Fier a introdus în România modernă asasinatul ca armă politică (asasină, printre altele, a doi prim-miniştrii, Ion Duca şi Armand Călinescu). Mişcarea avea o puternică componentă mistică şi vizionară, considerând România un popor preexistent sieşi, ca o finalitate istorică, iar intoleranţa sa excludea din această stare de graţie, aceea de fiinţă umană, a oricărei persoane de altă etnie şi religie şi, bineînţeles, a oricărei persoane care nu împărtăşea ideologia ei totalitară. În contradicţie cu alte mişcări fasciste ale epocii iese în evidenţă caracterul ei ultrareligios, în acest caz împărtăşit şi de fascismul spaniol şi de franchism, şi medievalismul său, care mitifica societatea tradiţională şi câmpenească, spre deosebire de alţi fascişti europeni, partizani ai industrializării şi societăţii muncitoreşti.

Garda de Fier a avut o crescândă influenţă în politica românească interbelică, deşi niciodată nu a ajuns realmente la putere până la abdicarea regelui Carol al II-lea. Pe 14 septembrie 1940 a reuşit, şi având o relaţie tensionată, sprijinindu-l pe generalul Antonescu în dictatura sa, să participe în guvern, cu Horia Sima, liderul de după moartea lui Codreanu, vicepreşedinte. În această perioadă, Legiunea a înrăutăţit legislaţia antisemită şi a început o campanie de pogromuri şi asasinate politice, ca şi şantaje şi extorsiuni în sectoarele comerciale şi financiare evreieşti. Mai mult de 60 de vechi funcţionari şi oficiali au fost executaţi în închisoarea de la Jilava – aceeaşi unde a fost întemniţat Codreanu – în timp ce îşi aşteptau judecata; la rândul lor, istoricul şi fostul prim-ministru Nicolae Iorga, şi economistul Virgil Madgearu, fost ministru, au fost şi ei asasinaţi.

Garda de Fier a câştigat notorietate prin participarea la Holocaustul nazist. În cartea sa "Distrugerea evreilor europeni", Raul Hilberg a scris: „There were... instances when the Germans actually had to step in to restrain and slow down the pace of the romanian measures” (În anumite ocazii, germanii a trebuit să intervină pentru a îmblânzi metodele româneşti”. Până când, pe 24 ianuarie 1941 Antonescu a reuşit, cu consimţământul lui Hitler, să-i elimine pe legionari din guvern, în urma unui mic război civil de trei zile în care legionarii au continuat să facă ce ştiau ei mai bine: de exemplu, un pogrom în Bucureşti care a inclus asasinarea a zeci de evrei într-un măcel.
În acest context românesc se înţelege că, pe 18 iulie, începutul Războiului Civil spaniol, Codreanu şi colegii săi vedeau în acesta o mostră de luptă împotriva ateismului şi a comunismului internaţional. Unii vizionari atinşii de carisma lui Codreanu şi mobilizaţi de naţionalismul religios exacerbat îşi imaginau că Spania este un front de luptă între divinitate şi demon şi unii dintre ei (nu liderul) erau dispuşi să aducă fărâma lor de nisip în această luptă cosmică.

Războiul Civil spaniol a avut câteva caracteristici demne de remarcat. Pe de o parte, sprijinul lui Hitler şi Mussolini dat partizanilor loviturii de stat şi programul de exterminare ideologic pe care îl aveau rebelii încă de la începutul campaniei, care, în urma victoriei s-a convertit într-un genocid cu nenumăraţi dispăruţi, până în zilele noastre, copii răpiţi şi mii de exilaţi (presupunem că acesta era tipul de exterminare pe care Codreanu l-a gândit pentru a-l aplica în tânara Românie împotriva ungurilor, ţiganilor, comuniştilor, evreilor şi a tuturor celor care nu se potriveau viziunii sale grosiere despre ceea ce însemna o fiinţă umană).
Pe de altă parte, s-a produs un fapt insolit până atunci, anume sosirea a mii de voluntari internaţionali pentru a spijini lupta împotriva nazismului german şi al fascismului italian şi spaniol. Brigăzile Internaţionale au fost un exemplu de internaţionalism şi solidaritate într-o lume care deraia periculos spre ultranaţionalism şi rasism. Prezenţa celor 8 români în sprijinul lui Franco a fost unul dintre rarele ajutoare voluntare acordate armatei filonaziste, în afara câtorva voluntari catolici irlandezi.

Episodul apărării localităţii Alcazar de Toledo, de către Moscardo, în care generalul s-a baricadat până când armata musulmană (nimic creştin aici) a lui Franco a venit să-l salveze, i-a emoţionat pe sensibilii legionari români, aşa că s-a decis că trebuie să se facă ceva, în principiu un gest simbolic, pentru a apăra cauza fascistă şi pe Hitler. Astfel, generalului de 70 de ani, aristocratul Gheorghe Cantacuzino, pe atunci secundul mişcării, i-a venit să-i ofere generalului Moscardo propria sa spadă, primită de la Regele Ferdinand I de România pentru vitejia sa în Primul Război Mondial.

Generalul în rezervă a plecat pe 22 noiembrie 1936 spre Spania cu încă 7 membrii (vezi foto). Delegaţia română era formată din 8 membri ai Gărzii de Fier, unul dintre ei preot ortodox (dintre aceşti preoţi care există în toate religiile şi care binecuvântează războaiele şi asasinatele politice pentru interesul bisericii-întreprindere). Au ajuns la Toledo, au topit spada lui Cantacuzino şi au făcut o replică a sabiei dăruite de regele Felipe al III-lea. Acolo, pe 7 decembrie i-au oferit-o, într-o ceremonie marţială, generalului Moscardo.

Cei 8 aventurieri sunt: generalul Cantacuzino, în vârstă de 70 de ani, liderul expediţiei, avocatul Ion Moţa, 35 de ani; preotul Ion Dumitrescu-Borşa, 38 de ani; principele Alexandru Cantacuzino, 34 de ani; inginerul Gheorghe Clime, 47 de ani, avocatul Nicolae Totu, 32 de ani; economistul Bănică Dobre, 28 de ani şi avocatul Vasile Marin, 33 de ani. Deşi autopropaganda legionară insistă asupra aparteneţei ţăranului român la mişcare şi asupra originii câmpeneşti a multora dintre liderii săi, după cum se vede, toţi membrii călătoriei au profesiuni liberale, niciunul neavând vreo meserie manuală. Pe de altă parte, deşi se pare că Codreanu şi Moţa au origini în familii de ţărani, presupun că este vorba de familii ale minorităţii ţărăneşti îmbogăţite, care nu erau nevoiaşe, precum majoritatea populaţiei rurale şi urbane de atunci.

Spre surprinderea generalului şi a monoclului său, lui Ion Moţa i se năzare să propună să rămână în Spania şi să se înscrie în Legiune. Moţa îl convinge pe Codreanu, liderul mişcării (prieten şi cumnat), argumentând în scrisorile sale că franchiştii se opun „Bestiei Negre a Apocalipsei” şi că „destinul naţionaliştilor crştini români era intim relaţionat cu victoria naţionaliştilor spanioli în Peninsula Iberică”. Aşa că, cei 8 români, fără a avea o idee de spaniolă, fără să fie echipaţi adecvat, se înregimentează în legiunea fascistă spaniolă şi sunt dispuşi să lupte împotriva guvernului democratic şi să sprijine exterminarea condusă de Franco (în serviciul privilegiaţilor).

După mai puţin de o lună de antrenamente, românii au fost mutaţi cu unitatea lor în apropierea Madridului, într-o aşezare numită Majadahonda, unde se aştepta ofensiva republicană pentru a evita distrugerea şoselei şi pentru ruperea cercului franchist la Madrid. Lupta de pe şoseaua La Coruña a fost începută de către Franco pentru a completa cercul din jurul Madridului, cu scopul de a termina cât mai curând războiul, pe care fasciştii l-au crezut la început doar o plimbare militară. Totuşi, au dat de un Madrid al lozincii „No pasaran” („Nu vor trece”) unde cetăţenii au ieşit în stradă pentru a apăra guvernul legal.

Ruperea Şoselei La Coruña era un obiectiv esenţial pentru franchişti, drept urmare, la începutul lui ianuarie 1937, au revenit, încercând pentru a treia oară, gândindu-se probabil la proverbul: „a la tercera va la vencida” (a treia oară va fi cu victorie). Pentru aceasta, au concentrat forţa cea mai mare angajată până atunci în războiul civil: la Division Reforzada de Madrid, vreo 25.000 de oameni, sprijiniţi de artileria şi aviaţia sub comanda generalui Orgaz, la care se adăugau efectivele Legiunii Condor germană. Pe 3 ianuarie, franchiştii sparg frontul, cuceresc Villafranca del Castillo, Majadahonda, Las Rozas, el Plantio şi avansează spre Madrid pe şoseaua La Coruña pentru a face joncţiunea cu trupele care atacă Pozuelo şi Aravaca, care vor fi ocupate în zilele de 7, respectiv 8 ianuarie.

În ziua de 9, odată cu cucerirea localităţilor Cuesta de las Perdices şi Cerro del Aguila, adică, o dată cu ruperea efectivă a şoselei, ofeniva franchistă se opreşte. Contraatacurile republicanilor din zilele următoare, în ciuda unor succese punctuale, nu au reuşit să expulzeze duşmanul de pe poziţiile cucerite şi, finalmente, pe 16 ianuarie 1937, lupta Şoselei La Coruña ajunge la sfârşit. În timpul acestor contraatacuri republicane au murit Ion Moţa şi Vasile Marin, cu trei zile înainte de sfârşitul bătăliei.

Trebuie să amintim că acei români nu erau atât de tineri şi nici nu erau obişnuiţi cu tranşeele; dimpotrivă, ocupaţiile lor în Româmia erau destul de sedentare, drept urmare le-a fost foarte greu într-o unitate combatantă în prima linie precum Legiunea. Pe 13 ianuarie, li s-a ordonat să se baricadze şi să construiască un parapet pentru a ţine la distanţă contraatacul republican. Pe parcursul acestui atac, Moţa şi Marin, care se aflau unul lângă altul, au murit. Moţa purta un steag românesc cu care au acoperit cadavrele.

Corpurile au fost îmbălsămate la Toledo şi li s-au făcut o ceremonie funerară mare. Generalul Cantacuzino a venit la Toledo pentru a lua sicriele. De asemenea, i-a cerut un favor special lui Franco: să le dea voie şi celorlalţi români să se întoarcă în România. Funeraliile lui Marin şi Moţa în Bucureşti a inclus toată iconografia mişcării legionare române: cape, cruci, mii de Cămăşi Verzi defilând, etc. A fost prima desfăşurare publică de masă a Gărzii de Fier, până în 1935 interzisă. O desfăşurare de forţă şi o provocare pentru guvernul regelui Carol al II-lea care nu avea multă simpatie pentru ei.

Participarea legionarior români în Războiul Civil este, cum se poate aprecia, nesemnificativă, de mai puţin de o lună. Cu noua lege a memoriei istorice, aprobată în legislatura trecută este posibil ca monumentul închinat celor care au sprijinit lovitura de stat fascistă să fie distrus în scurt timp. Deşi în Spania încă nu s-a făcut dreptate împotriva exterminatorilor şi a autorilor de genocid care i-au spijinit, puţin câte puţin într-o zi se va elimina orice referire la franchiştii teritoriului spaniol, pentru că deja e timpul.


"La segunda republica española y la guerra civil", Gabriel Jackson
"O scurtă istorie a românilor povestită celor tineri", Neagu Djuvara
"La batalla de Madrid" Javier Reverte
"La mistica del ultranacionalismo. La guardia de hierro rumana", Francisco Veiga



http://frentedebatalla-gerion.blogspot.com/
http://es.wikipedia.org/wiki/Guardia_de_Hierro
http://es.wikipedia.org/wiki/Corneliu_Zelea_Codreanu
http://guerracivil.forumup.es/about3343-guerracivil.html
http://www.rostonline.org/blog/razvan/2009/01/taina-jertfei-cazul-moa-marin.html

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Cayeron, gracias a Dios. De todos modos también hubo rumanos en el otro bando, creo que el padre de Petre Roman estuvo en las Brigadas Internacionales.

Si te fijas bien todos esos grupos de gorilas mamporreros pseudoidealistas románticos, llámense Guardia de Hierro, Legionarios, Falangistas, Camisas Pardas, Camisas Negras... al principio son usados para meter hostias pero al cavo de un tiempo los propios fascistas los liquidan, ya sea en la Noche de los Cuchillos Largos, en la marginación progresiva de la Falange de Franco, o como en la pequeña guerra civil que mencionas en Rumanía. Al final mucho himno, mucha exaltación viril y mucha tontería pero los usan como peleles para liquidarlos más tarde... y ellos tan felices.

Me imagino que ya sabes que ese grupúsculo está en plena reconstrucción, otra gran "mejora" introducida en ese país:

http://www.nouadreapta.org/

JL F dijo...

Si, conozco a la lamentable Noua Dreapta. Tienes razon en el caracter de pelele de estos grupos: fijate en Jose Antonio, por ejemplo. Estoy preparando un articulo sobre Walter Roman. Espero publicarlo pronto.

ribizlifozelek dijo...

Otra historia de vida rara:

Conoci a un sen~or mayor hungaro que vivia en un suburbio de Budapest. El luchaba como voluntario en las brigadas internacionales. Cuando volvio a Hungria, cambio de nombre. El curso politico hungaro de entreguerras no era favorable a los veteranos de las Brigadas. Dentro de poco le enlistaron al ejercito hungaro y se encontro en las trincheras cerca del rio Don. En los momentos caoticos de la guerra termino en las mismas trincheras que la Division Azul.
En 1951 (creo) el gobierno 'communista' de Hungria le encarcelo, porque tampoco querian a los miembros de las brigadas.

JL F dijo...

Lo mismo paso con los republicanos españoles que huyeron a Francia: miles fueron a parar primero a campos de refugiados/concentracion franceses y luego a campos de concentracion nazis. Los que tuvieron mas suerte pasaron a la resistencia francesa, y despues a muchos se les encarcelo y, como poco, se les olvido.

Anónimo dijo...

Solamente con llmar ,,democratico'' un gobierno que era apoyado por Rusia y totalmente fiel a las ideas bolchevicas nos damos cuenta de tu ideologia comunista.Tan ,,democratico'' era el gobierno español, que hacía todo lo posible para terminar con la Iglesia Catolica, con las tradiciones y cultura española.Su meta era hacer una puente entre Rusia y esta parte del continente con la intencion de comunizar toda Europa.Que hubiese significado esto para España en particular, y para Europa en general, nos podemos imaginar estudiando lo que pasó durante casi medio siglo en el bloque estico.Menos mal que los de izquierda no han ganado la guerra civil, porque hoy España hubiese sido un recuerdo.

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